«La pequeña zona roja», así se llamaba el Alt Empordà poco antes de que acabara la Guerra Civil Española. Muchos pueblos de la comarca se convirtieron entre finales de enero y principios de febrero de 1939 en el escenario principal de la retirada de miles de personas, incluyendo los máximos dirigentes de la Generalitat, de la República y del Gobierno autonómico vasco. Hace unos años, el Memorial Democrático, el Museo Memorial del Exilio (Mume) en la Jonquera y el Consejo Comarcal promovieron la señalización de algunos de estos caminos y espacios que marcaron el exilio.

 

En total son diecisiete los municipios que forman parte de esta ruta, 27 los puntos de información y 30 las señalizaciones. En algunos pueblos hay más de un escenario para visitar ya sea en coche o a pie. Los pasos fronterizos más importantes son la Jonquera y Portbou pero también hay otras vías secundarias como los pueblos situados en los macizos montañosos de la Albera y las Salines o los que desarrollaron un papel relevante en la resistencia y la evacuación de las últimas unidades militares republicanas como Figueres, Roses, Vilajuïga, Garriguella, Llançà, Colera, Llers, Darnius, Maçanet de Cabrenys, Cantallops, Espolla y Rabós. Pasa un fin de semana en Roses con www.apivend.com e inicia la ruta desde aquí.

 

Se propone un paseo por el cuello del Pertús, por donde se calcula que llegaron a pasar hacia 220.000 militares entre el 5 y el 10 de febrero; el cuello de Belitres, en Portbou, uno de los pasos fronterizos más utilizados por donde huyeron miles de personas, muchas de las cuales fueron a parar a los campos habilitados en las playas del Rosellón; el Mas Perxés en Agullana, última sede de la Generalitat de Catalunya; el cuello de Manrella, también en Agullana, donde se alza el monumento a Companys; el cuello de Lli y Can Barris en la Vajol, sede de la presidencia de la República; el Castillo de San Fernando en Figueres y el de Peralada; la mina Canta en la Vajol donde la República custodió obras de arte durante la guerra. Tampoco faltan en la ruta los campos de aviación de Garriguella o las colonias infantiles en la Casa Marly de Llançà y en Vilajuïga. ¡Hay mucho para visitar!

 

Una de las paradas que se propone es el mismo Museo Memorial del Exilio, en La Jonquera. Inaugurado a finales de 2007, este centro de la memoria juega con muchos elementos escenográficos de tipo simbólico y evocativo, múltiples fotografías y montajes audiovisuales de alto valor histórico que ayudan al visitante a comprender mejor el discurso museístico.